La masa de un sistema
permanece invariable cualquiera que sea la transformación que ocurra dentro de
él;
esto es, en términos químicos,
la masa de los cuerpos
reaccionantes es igual a la masa de los productos de la
reacción.
Esta ley se considera enunciada por LAVOISIER, pues si bien
era utilizada como hipótesis de trabajo por los químicos anteriores a él se debe a LAVOISIER su
confirmación y generalización. Un ensayo riguroso de esta ley fue realizado por
LANDOLT en
1893-1908, no encontrándose diferencia alguna en el peso del sistema antes y
después de verificarse la reacción, siempre que se controlen todos los reactivos
y productos.
La ley de la conservación de la materia no es absolutamente exacta.
La teoría de la relatividad debida a EINSTEIN ha eliminando él dualismo existente en
la física clásica entre la materia ponderable y la energía imponderable. En la
física actual, la materia y la energía son de la misma esencia, pues no sólo la
energía tiene un peso, y por tanto una masa, sino que la materia es una forma de
energía que puede transformarse en otra forma distinta de energía. La energía
unida a una masa material es E =
mc2 en donde E es la energía, m la masa y c la velocidad de la
luz
En una transformación de masa en energía o recíprocamente, la
relación entre ambas variaciones es, análogamente,
DE = Dm.c2
La letra griega D (delta) indica variación o incremento (positivo o negativo) de la
magnitud a que antecede.
La relación entre masa y energía da lugar a que la ley de la
conservación de la materia y la ley de la conservación de la energía no sean
leyes independientes, sino que deben reunirse en una ley única de la
conservación de la masa-energía.
No obstante, las dos leyes pueden aplicarse separadamente con la sola
excepción de los procesos nucleares. Si en una reacción química se desprenden
100000 calorías la masa de los cuerpos reaccionantes disminuye en 4,65
10-9 g, cantidad totalmente inobservable.